MAESTROS – 2ª Parte: Don Faustino García Nogal, el maestro republicano de Puentearenas.



«Cuantas veces allá en la escuela de aquel pueblo tranquilo, que ya ha casi un año tanto echo de menos, he tenido ocasión de llevar al ánimo de los que me escuchaban mi odio a la guerra…». Así empezaba Faustino García Nogal un artículo, más bien unas sencillas reflexiones, que escribió en 1937, en plena guerra, y que aparece íntegro al final de este texto.

Don Faustino García Nogal era un maestro de 24 años recién cumplidos cuando en 1934 llegó a la escuela de Puentearenas. El 18 de julio de 1936 tomaron él y su esposa el coche de línea, a las 9 de la mañana, cuando, según declararían más tarde varios testigos, en Valdivielso aún no se sabía qué estaba pasando. El maestro iba a Madrid a pasar sus vacaciones y estas fueron muy largas.

Veamos un resumen de los acontecimientos:

- Faustino García Nogal había nacido en Madrid el 3 de octubre de 1910, siendo hijo de Faustino García Martínez (comerciante en vinos y licores) y de María Nogal del Monte. En junio de 1931 obtuvo el título de Bachiller en el Instituto San Isidro de Madrid. En noviembre de 1931empezó su servicio militar en el Grupo de Regulares Indígenas nº1 de Tetuán y en noviembre de 1932 se le concedió licencia ilimitada.  En 1933 obtuvo el título de Maestro de Primera Enseñanza en la Escuela Normal de León. En noviembre de 1934, con nombramiento del día 12, llegó a la escuela mixta de Puentearenas de Valdivielso como Maestro Nacional con plaza en propiedad. El Consejo Local de la Enseñanza de la Merindad de Valdivielso estaba entonces presidido por el médico don Facundo Curiel, siendo secretario el maestro de Arroyo de Valdivielso, don Eliseo Armiño. Don Faustino García Nogal trabajó en la escuela diurna para niños y niñas, y asimismo en las clases nocturnas para adultos, hasta julio de 1936.

- En abril de 1936 se afilió a Izquierda Republicana y presidió el comité de dicho partido en la Merindad de Valdivielso.

- El 18 de julio de 1936, estando de vacaciones, viajó a Madrid con su esposa Pilar del Val Rodríguez, que se encontraba próxima a dar a luz. Tuvieron un hijo llamado Luis.

- En septiembre de 1936 empezó a trabajar como maestro sustituto en la escuela Nicolás Salmerón del Puente de Vallecas, y en el mismo mes, en zona nacional, fue suspendido de empleo y sueldo por orden del Rectorado de Valladolid. El 23 de febrero de 1937 se afilió al Sindicato Único de la Enseñanza (CNT), pero solo cotizó hasta agosto de dicho año.

- El 8 de marzo de 1937, cuando iban a llamar a su quinta, ingresó voluntario en el Grupo de Transmisiones del Ejército del Centro, Sección Óptica. Ascendió a sargento en 1938. Durante cuatro meses fue Comisario Político en dicho Grupo de Transmisiones, cesando en este cargo en febrero de 1938 por discrepancias con los mandos políticos.

- Al acabar la guerra, se presentó para rendirse en el campo de concentración provisional ubicado desde el 1 de abril de 1939 en el Estadio del Puente de Vallecas. de donde salió en libertad. A 11 de abril de 1939 presentó en la Secretaría General de los Juzgados de Funcionarios una declaración jurada con sus respuestas a un interrogatorio impreso, que era específico para funcionarios.

- Posteriormente, el 18 de abril de 1939 Faustino García Nogal (FGN) solicitó su reingreso en la función docente como maestro propietario de la escuela mixta de Puentearenas de Valdivielso. Indicaba que su domicilio en aquel momento estaba en la calle Duque de Osuna nº1 en Madrid. Adjuntaba a dicha solicitud una declaración jurada de tres páginas y media en las que respondía detalladamente al cuestionario establecido por Ley de 1 de enero de 1939, dando fiel información de todas sus actividades durante los años que duró la guerra. Aún no le había llegado el pliego de cargos emitido por la Comisión Depuradora, por lo que el maestro todavía ignoraba las acusaciones recogidas en el pueblo al que solicitaba volver.

- A 24 de abril de 1939 fue denunciado ante el Juez de Instrucción Militar de Guardia Letra J de Madrid por Avelino García González, natural de Arroyo de Valdivielso y residente en Madrid, de 24 años de edad, hijo del que fuera alcalde de la Merindad de Valdivielso entre 1936 y 1938, Maximiliano García. El denunciante declaró bajo juramento haber encontrado a FGN en la calle de Almagro y que el dicho FGN había sido maestro nacional en Puentearenas de Valdivielso, que se había pasado “del Ejército Nacional a la zona roja el día 18 de julio de 1936” y había ocupado “el cargo de Comisario Político de la Compañía de Transmisiones de la Primera División roja”. Al día siguiente, el 25 de abril de 1939, FGN fue ingresado en la cárcel de Porlier (Prisión Provincial de Hombres nº 1) procedente del Juzgado Militar de Guardia, adonde el propio denunciante lo había llevado detenido. El dos de mayo el Juez Instructor nº1, haciéndose cargo de la denuncia, comenzó la instrucción del procedimiento sumarísimo de urgencia, iniciándose así la causa registrada con el nº 6115 de Auditoría de Guerra. Durante la instrucción Avelino García González se ratificaría en su denuncia, firmando una declaración como testigo el 27 de febrero de 1940.

- El 17 de noviembre de 1939 la Oficina Ténico-Administrativa de Depuración del Personal, perteneciente al Ministerio de Educación Nacional, remite al Juzgado Militar de Funcionarios la información relativa a FGN. Esta información pasa luego a la Auditoría de Guerra de Guadarrama. En el Expediente de Depuración consta que le habían acusado los sucesivos alcaldes de la Merindad de Valdivielso, Maximiliano García en enero de 1937 y Mariano Arranz en noviembre de 1939; el comandante del puesto de la Guardia Civil, Eladio Muga, en enero de 1937; el párroco de Puentearenas, Francisco Torres, en enero de 1937 y abril de 1939; el Jefe Local de Falange, Eliseo Alonso, en noviembre de 1939, y asimismo otros informantes. Los cargos que le imputaban eran presidir el Comité de Izquierda Republicana de la Merindad de Valdivielso, hacer propaganda izquierdista en las clases de adultos y en la calle, ser indiferente a la religión, estar casado civilmente, haber hecho a su padre un entierro civil, haber roto un crucifijo, estar suscrito a Heraldo de Madrid y a Libertad, y ser dirigente de la Casa del Pueblo en Valdenoceda. También se decía en los cuestionarios que FGN era un buen maestro y que los padres estaban contentos con su trabajo. Atendiendo al Dictamen de la Comisión Provincial de Depuración, FGN había sido ya suspendido de empleo y sueldo por el Rectorado de la Universidad de Valladolid en septiembre de 1936 por encontrarse ausente en esas fechas, suspensión que fue confirmada por el Ministerio de Educación Nacional con denegación de su rehabilitación en mayo de 1939. Será a 15 de julio de 1940, con un año de retraso, cuando FGN reciba por fin en la cárcel de Porlier el pliego de cargos enviado por la Comisión Depuradora del Magisterio Nacional.  El 16 de julio de 1941 fue depurado definitivamente, es decir, separado de su actividad como maestro nacional de Primera Enseñanza y se le dio de baja en el escalafón.

- SENTENCIA emitida en Madrid a 10 de junio de 1940 por el Consejo de Guerra Permanente nº4 en relación con la causa seguida por el procedimiento sumarísimo de urgencia nº 6115: RESULTANDO probado que FGN había sido - presidente de Izquierda Republicana en Puentearenas (Burgos) – irreligioso propagandista rojo y laico en la escuela de dicho pueblo – nombrado maestro del grupo llamado Nicolás Salmerón – voluntario en marzo de 1937 a filas rojas en Transmisiones, siendo sargento y delegado político de la Compañía – afiliado a CNT en tiempo rojo – favoreció a algunas personas [esto último se refiere a que, según testigos, no actuó contra nadie y sí defendió a algunos]. FALLANDO: Delito de Auxilio a la Rebelión y pena de VEINTE AÑOS de reclusión menor y accesorias correspondientes.

- Sentencia confirmada por el Auditor de Guerra de la 1ª Región Militar a 25 de julio de 1940. El Auditor en un OTROSÍ DIGO decide “proponer a la superioridad” la conmutación de la pena impuesta por la de doce años y un día de reclusión menor.

- El 27 de agosto de 1940 dicha Auditoría Militar remite la resolución tanto al Ministerio de Educación Nacional como al Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas, el cual registraría la entrada a 28 de septiembre de 1940.

- El 19 de septiembre de 1940 FGN es trasladado de la cárcel de Porlier a la de Alcalá de Henares. Se le abre allí un expediente penitenciario haciendo constar que el preso tiene 29 años, un hijo de 4 años, y una condena de la que, una vez descontada la prisión preventiva, le quedan por cumplir 18 años, 7 meses y 24 días.

- El 22 de octubre de 1940 el Capitán General de la 1ª Región Militar le conmuta la pena por la de DOCE AÑOS Y UN DÍA de reclusión menor. Así pues, le queda por cumplir una condena de 10 años y medio.

- El 19 de junio de 1941, por estar cumpliendo condena, le retiran la tutela de sus dos hermanos menores de edad, la cual le había encomendado su padre antes de morir en testamento de 2 de julio de 1935.

- El 30 de junio de 1941 se emite el Auto del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas, que se inhibe a favor del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Burgos, alegando residencia de FGN en Puentearenas de Valdivielso, pues este siempre había dado su domicilio de Madrid como circunstancial y el de Puentearenas como fijo, porque consideraba que en este tenía su puesto de trabajo. El Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas no llevó a cabo finalmente la incoación del expediente, quedando como sentencia única y definitiva la emitida por la jurisdicción militar.

- FGN estuvo impartiendo clases a los reclusos durante todos los años que pasó en prisión (desde agosto de 1939 en la cárcel de Porlier, y desde septiembre de 1940 en los Talleres Penitenciarios “Casa de Trabajo” de Alcalá de Henares), siendo nombrado Maestro Auxiliar de los Talleres Penitenciarios el 1 de julio de 1942. Las clases impartidas le supusieron un total de 2 años, 11 meses y 6 días de reducción de la condena, a los que se sumaron 150 días más por haber aprobado unos exámenes de religión de grado superior. Así pues, considerando que con los beneficios penitenciarios obtenidos, más el tiempo pasado en prisión (1.283 días), ya había cumplido sobradamente la mitad de su condena, se le concedió la libertad condicional el 10 de noviembre de 1942. Sin embargo, se le aplicó la pena de destierro a un mínimo de 250 kilómetros de Madrid, la cual estaría vigente hasta abril de 1945. Tanto la dirección de la Prisión de Alcalá de Henares, como el Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo, estimaron que la pena de destierro no era aplicable en el caso de FGN, alegando que el preso siempre mostró una conducta ejemplar, pero el castigo de destierro se mantuvo, según comunicó la Dirección General de Prisiones. Tras salir de la cárcel, FGN se trasladó “voluntariamente” a la localidad de Senra, al norte de la provincia de León, en el municipio de Murias de Paredes, situado en la Montaña Occidental leonesa.

- Teniendo en cuenta los beneficios de la redención de penas por el trabajo, la totalidad de su condena se tenía que dar por cumplida el 24 de abril de 1948, según los cálculos del director de la Prisión de Alcalá de Henares. Sin embargo,  su condena no finalizó definitivamente hasta el 24 de abril de 1951.

- Fuera de la prisión FGN no tenía permitido trabajar como maestro, ya que estaba sancionado con suspensión definitiva desde julio de 1941. En junio de 1943 encontró un empleo en las oficinas de la Compañía Minero Siderúrgica de Villaseca de Laciana, en el municipio de Villablino (León).  La última referencia que tengo sobre FGN es que en mayo de 1958 obtuvo el permiso de conducir en León.

 

TESTIMONIOS

Es importante que situemos en el contexto histórico los testimonios que llevaron a Faustino García Nogal a ser expulsado del magisterio, y que tanto contribuyeron a su condena a prisión. Hay que tener presente que, durante la guerra y la posguerra, la mayoría de la gente tenía miedo a que le pudiera suceder personalmente lo que les sucedió a Faustino y a tantos otros, y que nadie tiene obligación de ser héroe, pero que sí era obligatorio entonces, cuando las autoridades lo requerían y para evitar ser declarado “desafecto al Régimen”, mostrarse partidario, e incluso defensor, del llamado Alzamiento Nacional y de aquella forma de catolicismo servil, degenerada y nada cristiana que compartió la victoria y el poder con los sublevados. Esto puede explicar la enorme cantidad de denuncias y acusaciones que se produjeron en aquellos tiempos, en muchos casos meramente para salvar la piel y cubrir el expediente, procurando no cargar demasiado las tintas. En otros casos, y quiero creer que fueron los menos, las denuncias eran voluntarias y desmedidas, casi siempre respondiendo a un deseo de hacer méritos para obtener el favor de los vencedores y disfrutar de las ventajas que se podían conseguir del nuevo Régimen, pudiendo calificarse estas denuncias, en mi opinión, de innecesarias, viles y crueles.

De todo hubo en el caso de Faustino García Nogal. Por ejemplo, el farmacéutico de Puentearenas, José Ruiz Torre, de manera muy aplicada y con el ruego de que su denuncia se mantuviera en el anonimato, llenó dos cuartillas por ambos lados con sus acusaciones, llegando a mencionar detalles tales como que el maestro no hacía abstinencia los viernes de cuaresma. Sobre este farmacéutico ya dijimos en otra ocasión, tras leerlo en las actas municipales,  que consiguió ser militarizado en Valdivielso por intercesión del Ayuntamiento de la Merindad para no tener que incorporarse a filas. En el caso del falangista Avelino García, nadie le había pedido declaración alguna, ni que detuviese al maestro, pero se apresuró a llevar a FGN ante un tribunal militar y a añadir más acusaciones a las ya formuladas por su padre y otros desde Valdivielso. Avelino García aparece en años posteriores, en algunas noticias de hemeroteca que ya conocemos, por estar presente en inauguraciones de obras públicas como contratista de dichas obras. Otros, en cambio, como el abogado Arturo Humanes, o el soldado de la Compañía de Transmisiones Manuel Ballesteros Simón, se personaron ante el tribunal militar para testimoniar a favor de FGN, diciendo que este era una buena persona y que no había hecho mal a nadie. Destaca su amigo Luis García Romanillos, el cual testimonió que, en febrero de 1937, FGN había declarado voluntariamente a su favor ante el Tribunal Popular nº2 de Madrid, y recalcó en dos escritos que FGN lo había hecho a pesar del “peligro” al que se exponía declarando a favor de una persona “de ideas derechistas”.

Además de estos testimonios de otros, están los propios testimonios de FGN. Son fundamentalmente tres, que yo denominaría el del idealismo entusiasta, el de la necesidad/ingenuidad, y el de la desesperación. El primero sería el texto que escribió en 1937 para la Revista de Transmisiones; el segundo, su declaración jurada adjunta a su solicitud de reincorporación a la escuela de Puentearenas, cuando aún desconocía lo que se había recogido en su expediente de depuración; el tercero, su testimonio escrito para el Tribunal Militar, intentando rebatir unas acusaciones que podían arruinar su vida y las vidas de los suyos.

No voy a extenderme con todos estos testimonios de FGN, aunque tanto sobre estos documentos, como sobre otros muchos que he conseguido de distintos archivos ministeriales y del Archivo Histórico Provincial de Burgos, estoy dispuesta a ofrecer información suplementaria a quien me lo solicite.  De todos los testimonios de FGN solo reproduciré el primero, que he elegido por ser el más emocionante y espontáneo:

«Yo, que odio la guerra

Cuantas veces allá en la escuela de aquel pueblo tranquilo, que ya ha casi un año tanto echo de menos, he tenido ocasión de llevar al ánimo de los que me escuchaban mi odio a la guerra, concentrado en lo más profundo de mi ser y transplantarlo al suyo, terreno abonado al sentimentalismo;

cuántas veces también habré maldecido las ansias imperialistas que arrastraron a los pueblos a la denominada, con mayúscula, para mayor sarcasmo, Gran Guerra, de cuyos horrores solo tengo fe por las cromotipias de “La Esfera”, alguno que otro “film”, y toda una generación de libros, surgidos en momento de fiebre pacifista;

y cuántas no habré maldecido también a los militares traidores que han hecho correr ríos de sangre por el suelo hispano, que han arrebatado la vida de seres queridos, que han truncado la plácida felicidad, que han asolado casas y sembrado de sal el campo donde se cultivaban mis ambiciones futuras…;

y sin embargo,

héteme aquí haciendo la guerra, la tan odiada guerra, voluntariamente,

y en plena guerra, haciéndole la guerra a la guerra, odiándola más que nunca;

extendiendo mi odio a ella como mancha de aceite en embravecido mar;

y, sin embargo,

haciendo la guerra,

para acabar con ellas, que parecen no tener fin, como el fuego que surge nuevamente de las cenizas apagadas;

para finir con la explotación del hombre por el hombre;

para borrar de nuestros labios las palabras “tuyo” y “mío”;

para acabar con el que posee y el que nada tiene;

para arrojar para siempre de nuestro lado a los que, llamándonos por principio religioso “sus hermanos”, nos trataban como “su” Caín a “su” Abel;

para dar fin de los “hipócritas, farsantes y fariseos”;

para extirpar el cáncer capitalista que corroe al mundo;

para levantar en él una humanidad más justa, más libre, más feliz;

en la que no exista el Odio, la Mentira, la Calumnia;

en donde la gran familia humana pueda elevar su espíritu sin el temor de un DIOS, que solo ha existido en su cerebro enfermizo;

en donde la palabra AMO tenga tan solo un valor legendario;

en donde…»

F. GARCIA NOGAL [Publicado en la revista “Portavoz del Grupo de Transmisiones del Ejército del Centro”. Madrid, 18 de junio de 1937.

 

Mertxe García Garmilla